sábado, 30 de noviembre de 2013

Hace tres meses me daban la peor noticia de vida.
Nunca se me había pasado por la cabeza que pudiera pasarme a mi algo así, y ni mucho menos que ya no hubiera solución por no haber hecho las cosas a tiempo.
Cierto es que no me arrepiento de nada de lo que hice mucho antes de que me dieran esa noticia, algunos dicen que lo tenía merecido y otros en cambio que era otra oportunidad para que mi vida fuera mejor.
Después de un fin de semana llorando, quizás no sabría decir si era rabia, impotencia o miedo ; decidí tomarme ese cambio como una nueva oportunidad de empezar, y sobre todo por que también necesitaba un cambio de aires.
Hay veces que no nos damos cuenta de eso, simplemente pensamos que todos los que nos rodean son justos con nosotros y nos tratan como nos merecemos, aunque en el fondo nos duela su comportamiento, pero te empiezas a dar cuenta realmente de que eso no es así, cuando conoces más a fondo a gente que tienes a tu alrededor y te dicen que te mereces algo mejor, un cambio de aires, quizás.
Cierto es, que cuando empezó mi segunda oportunidad, estaba aterrada.
La mayoría de las cosas no eran nuevas, pero todo lo que me rodeaba sí, y tenía miedo de que me volvieran a tratar como antes ya lo habían hecho. Pero os aseguro, que ya no me da tanto miedo.
De esas personas que antes formaban mi pasado, solo mantengo contacto con aquellas que me trataron como me merecía, o simplemente con las que merecen la pena y quiero que sigan conmigo hoy en día. De las demás personas no se nada, y tampoco quiero saber de ellos.
Hace unos días me preguntaron que si les echaba de menos o me arrepentía de algo, y sinceramente dije que no. Que no me arrepentía de nada, porque sin esas personas a mi alrededor, ahora todo me va mejor. Cierto es que nunca voy a guardarlas rencor, y que si algún día necesitan ayuda o les tengo que saludar, eso lo van a tener ahí por educación, pero nada más.
Llevaban razón, el cambiar de aires me ha hecho ver que siempre me he merecido más de lo que me habían dado, que nunca había merecido ser pisada por nadie, y que yo también era capaz de conseguir lo que otros conseguían.
Porque todos los que me conocen saben que es raro, pero llevo tres meses sin cabrearme, y estoy feliz ; y es una sensación que hace mucho tiempo que no tenía.
Porque a veces, las peores noticias te pueden cambiar la vida.
Porque no todo lo que queremos se consigue por el mismo camino que todos.
Porque a veces tan solo se trata de ser nosotros mismos.
Porque todos los cambios son buenos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario